“Es hora de dejar de pasar a pérdidas y ganancias a los autores”, dice Yves Nilly en el periódico Les Echos

El presidente de Writers and Directors Worldwide, Yves Nilly, ha escrito un artículo para el diario financiero francés Les Echos sobre la importancia de una correcta y debida remuneración para los autores. Lea el artículo, traducido del francés, a continuación.


Es hora de dejar de pasar a pérdidas y ganancias a los autores

Hoy día, no dejan de repetirnos los valores  de la economía del intercambio y de la economía colaborativa; las redes son sociales y abiertas y tenemos la impresión  de que sólo hay ganadores en la nueva gran lotería económica donde la innovación “disruptiva” provoca “profundos cambios estructurales” y nuevos “modelos económicos” que “benefician a todos”. Todo esto suena muy progre y moderno.

Pero la demanda presentada contra Vivendi por el actor, compositor, productor, director y guionista americano Harry Shearer sobre la forma en la que este grupo ha administrado los derechos de la película « This is Spinal Tap » recuerda de hecho un estribillo demasiado  conocido: el intercambio no es equitativo entre artistas y agentes industriales. Harry Shearer, estrella mundial y coautor de la película, tiene la posibilidad de demandar.  Ennio Morricone, otro artista legendario, ha seguido sus pasos. Pero, ¿cuántos otros, menos conocidos, menos adinerados, menos libres, han debido y deben aún ceder? Aparte de los aspectos éticos o morales, el reto es modificar el  intercambio de valor entre artistas y distribuidores, creadores y empresas, inventores y fábricas.

Estas iniciativas no han dejado mucha huella en Francia: la conciencia del peso de la industria del “entertainment”  no es la misma que en el mundo anglosajón. Y sin embargo, la realidad es que todavía hoy día, y sin duda, hoy más que ayer,  a causa de los nuevos actores que se han invitado a participar en la cadena de valor, los autores de una película no están seguros de que se les relacione con la vida de su obra y con su éxito.

La película tiene varias vidas: salas, DVD, VoD (vídeo a la carta); incluso puede salir varias veces, convertirse en una obra culta reconocida en todo el mundo. Pero, lo más frecuente es que los autores no reciban nada más como remuneración por ese éxito y por las diferentes explotaciones de su obra. Como si, para ellos, la película no hubiera existido al final o como si nadie la hubiera visto.

El derecho de autor fue creado hace más de dos siglos; había que crear un marco jurídico favorable para el desarrollo y la diversidad de la creación permitiendo a los autores vivir de su trabajo y poder participar del éxito de su obra. Llegados mucho después, los guionistas y directores de cine han observado cómo ese vínculo entre la explotación de sus obras y su remuneración se ha ido diluyendo con el tiempo.  En la mayoría de los países, una remuneración fija ha ido sustituyendo al derecho legítimo a una remuneración proporcional por cada explotación. La negociación de esta remuneración se produce antes de la producción de la obra, sin poder estimar el éxito o el fracaso que tendrá a nivel mundial y para todas las explotaciones y, por tanto, no se puede hablar  de una remuneración equitativa.

Este es el sentido de la campaña que realiza Writers and Directors Worldwide junto con la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores, CISAC, con el fin de incluir en la ley este derecho esencial para los autores a recibir una remuneración proporcional por la utilización y la difusión de sus obras audiovisuales. Un derecho   intransferible e irrenunciable, el reconocimiento de la condición de autor para los guionistas y directores, una remuneración resultante de una negociación equilibrada, que sea abonada por los usuarios de las obras y administrada colectivamente por las organizaciones de autores. Un derecho universal para un mercado mundial.

Obviamente, este derecho no cuestiona la cesión de derechos al productor. Pero en los países que lo han introducido, como Italia, es un catalizador del éxito; preserva la libertad de creación, la existencia de creadores independientes y garantiza la diversidad y la evolución de la creación.

Se trata de un reequilibrio seguido por el legislador, una búsqueda de intercambio equitativo y no una tasa que se cobra al público o que se deduce al productor, el cual ha apostado por la película con sus autores y sus colaboradores.

Yves Nilly es presidente de Writers & Directors Worldwide y administrador delegado de la SACD, sociedad de autores y compositores dramáticos.